Con el buen tiempo y el calorcito, nada mejor que salir a media tarde-noche, cuando la temperatura baja y el ambiente refresca un poco, a tomar unos vinos con los amigos. Imaginaos un parque, algo de comida para picar, una cubitera con un vino blanco fresquito, y vuestras copas de vino bien llenas mientras veis los atardeceres más bonitos del verano.
Para facilitar estos momentos de picnic molones, winelovers muy ingeniosos inventaron las Parqer Glass, unas copas de vino que pueden parecer iguales que el resto, pero con una diferencia: no tienen base, y en su defecto, el tallo es más largo de lo habitual. ¿Para qué? Pues para que puedas clavarlas en el suelo y no preocuparte de que se vayan a caer.
El nombre de estas copas viene de que las puedes «aparcar» en cualquier lugar y se crearon con la intención de poder degustar el vino fuera de casa en copas de cristal sin miedo a que se rompan o se derramen al apoyarlas sobre la hierba, evitando también que acabaran siendo sustituidas por vasos de plástico o copas de otro tipo menos acordes para disfrutar del vino.
Hay diferentes estilos de copas, con tallos de distintos colores y nombres de variedades de uvas como Chardonnay, Albariño y Pinot Noir y se venden a un precio que ronda los 30 y los 33 € a través de su página web Parqer Glass.