Conocí Bodegas Montecillo hace varios años, antes de que renovaran sus instalaciones. Su botellero manual se me quedó plasmado en la retina. ¡Menuda maravilla! Un mar de vino. Una perfección absoluta. Al tiempo he vuelto porque quería descubrir sus novedades, y sin duda es una visita que vale la pena hacer.
Lugares de descanso entre barricas, una zona con curiosidades e información para conocer más todo lo que rodea al mundo del vino y un vídeo mapping sobre barricas que es una pasada.
Después de pasear por sus jardines, es imprescindible parar en su wine bar. Un espacio precioso y acogedor, donde disfrutar de sus vinos junto a un aperitivo.
Me queda pendiente apuntarme a su «escape room», un juego que se desarrolla entre Fuenmayor y Navarrete, donde se encuentra su primera bodega, la tercera más antigua de Rioja.
¡Mil gracias a Elisa por la visita! Majísima y gran profesional.